En principio ningún momento debería ser más importante que otro. Poética
Ignífuga se forja precisamente en cualquiera de esos momentos.
Nuestra única pretensión ha sido sentarnos a tocar delante de nuestros
instrumentos y dejarnos sorprender por nuestros propios sonidos,
mediante un diálogo galante y una escucha atenta.
Este trabajo es el testimonio de ese momento, que tras el trámite de
ponerle nombre, queda lacado con aquella película ignífuga que a partir
de ahora le protegerá del intenso calor que el tiempo despide sobre lo
pasado.
Zebenzui González_guitarra preparada
José Guillén_sintetizador
Fotografía: Atilio Doreste
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